LOS TRABAJADORES QUEREMOS SER PROTAGONISTAS
- A lo largo de la historia hemos visto que las grandes transformaciones civilizatorias han sido, en lo esencial, producto de una puja entre el gran capital y los trabajadores, los campesinos, el pueblo en general.
- Estas transformaciones, particularmente en el sistema productivo, dieron pie al desarrollo de problemas sociales y laborales nuevos, que impulsaron el surgimiento del sindicalismo junto con expresiones políticas y/o ideológicas como el anarquismo, el socialismo y el comunismo. Posteriormente a los movimientos nacionales populares, particularmente en Latinoamérica, con el peronismo, el varguismo en Brasil, el cardenismo y los antecedentes de la Revolución Mexicana, entre otros.
- Actualmente en el mundo, el 7% de los trabajadores están organizados en sindicatos. Ese 7% es el que estos años y en el presente, viene sosteniendo el freno al avance del capital imperialista, capital transnacional, monopólico, de la forma que lo queramos llamar. Nosotros seguimos siendo una minoría, en el país y en el mundo. Pero tenemos el deber de organizar esa resistencia, a nivel local e internacional, donde el eje principal pasa por ubicar correctamente la estrategia para encarar este avance del capital.
- Los trabajadores no lo hicieron solos. Los periodos de avances, de reconocimiento de derechos, del surgimiento de leyes tutelares que regulan y limitan la voracidad del capital, debieron articularse con expresiones políticas y sociales diversas. La conjunción de estos factores creó un contexto social y político que lo permitieron.
- Sin duda que el protagonismo de los trabajadores es fundamental y por eso tenemos que comprometernos a ampliarlo y al mismo tiempo que acumulamos fuerza y poder en la organización sindical, tenemos que ayudar a construir una alternativa política que respete nuestros derechos, tanto laborales como sociales. Los trabajadores no podemos ser neutrales políticamente.
- Así como estamos haciendo un gran esfuerzo desde la FeTIA y CTA de los Trabajadores para construir entre todos un sindicalismo autónomo, democrático, participativo; combatimos la precarización laboral, la arbitrariedad y el autoritarismo patronal e institucional (que viene camuflada en la “reforma laboral”), queremos para nuestro país lo mismo: que sea realmente democrático, igualitario, inclusivo, feminista, donde los derechos de todos y todas sean respetados.
- De modo que tenemos por delante un enorme y difícil desafío: frenar de alguna manera esta arremetida feroz del gobierno neoliberal de Cambiemos con Macri a la cabeza que es totalmente regresivo; sus políticas van en sentido contrario al interés y bienestar del pueblo, avasallando las instituciones, degradando la justicia, empobreciendo y hambreando al pueblo, arrasando con la salud y la educación pública, haciendo un daño feroz, en definitiva, a nuestro sistema democrático.
- Hoy estamos viviendo a nivel mundial una profunda transformación del sistema capitalista. Así como pudimos ver la caída del Muro de Berlín en el 89 y del bloque soviético en el 91, que dio paso a un mundo unipolar con la contundente hegemonía de EEUU, el surgimiento de China e India fueron clave para que esa unipolaridad también se debilitara y entrara en crisis, hoy vemos que este último ciclo de políticas neoliberales, es un ciclo cerrado, vive una crisis terminal.
- Esto encierra una lucha interna en las estructuras de poder tradicionales. Explica el surgimiento de los Trump, de Teresa May en Inglaterra, los Macron en Francia, los Macri de Argentina, los Temer y los Bolsonaro en Brasil. Y así, siguiendo, podemos mostrar en forma sistemática como aparecen en el escenario estas derechas con discurso populista, pero que claramente son la fachada de una transformación muy profunda sumamente peligrosa para el pueblo. El bloque de poder que sustenta el modelo neo liberal (y depredador de los recursos naturales) ha demostrado ser capaz de múltiples mutaciones para mantener su hegemonía planetaria.
- En el caso de Argentina esta puja dentro de los sectores de poder no se va a resolver más entre el sector de la oligarquía agrícola ganadera y los sectores industrialistas que se generaron después de la primera guerra mundial, en el segundo periododel peronismo, en el desarrollismo y variantes que hacían antinomia entre esos dos sectores.
- Este enfrentamiento -aunque hoy no lo parezca-, es parte del pasado y el sector más fuerte de estos dos grupos buscará tener el control para la etapa que viene. Esto implica que habrá fractura en el sector de poder. No son lo mismo los intereses de Bulgheroni, Pérez Companc, Paolo Rocca, Madanes o Brito que los de los bancos multinacionales, lo que piensa Macri y algunos otros sectores del capital financiero o los sectores ligados al campo.
- Si nosotros no estamos en condiciones de discutir sobre estos puntos, vamos a enfrentar estas políticas como lo hicimos en la década del 90, con la resistencia y parados a recuperar el Estado de bienestar que significaron los movimientos nacionales en el caso de Sudamérica o el Estado de bienestar en Europa después de la segunda guerra mundial. Con esta política estamos destinados al fracaso.
- Tenemos que ayudar a construir una opción política en nuestro país que tenga propuestas para los cambios del mundo que vivimos y que se vienen; a la que podamos aportar desde nuestra experiencia y conocimiento debatiendo temáticas que tienen que ver con el modelo económico, el desarrollo de la ciencia, de la tecnología y la defensa del medio ambiente… Debemos ser protagonistas de la agenda industrial y de producción de nuestro país ya que nos afecta a todos.
- El principal problema que tenemos los sectores de izquierda, nacionales, populares, democráticos, es pretender enfrentar este desafío con las herramientas del Siglo XX, tanto desde el punto de vista comunicacional, organizativo, social, como desde el punto de vista de la respuesta gremial y política que queremos dar.
- Para estar en condiciones de poder conducir el proceso de resistencia y de rechazo a las políticas de ajuste, que nos afectan a todos, debemos hacerlo con inteligencia y generar estrategias, discursos, herramientas que lleguen e impacten en la ciudadanía, que de alguna manera les mueva el amperímetro a ellos. Si no lo hacemos, entraremos en una situación que nos llevará solo al desgaste.
- Tenemos que tener en cuenta a otros sectores que también son agredidos por las políticas de Macri, como los de medianos ingresos y hasta algunos de los de altos ingresos que por una u otra razón de sienten afectados, las pymes, las cooperativas, los jubilados, los trabajadores más empobrecidos que viven de la ayuda social que les brinda este gobierno para tenerlos contenidos y que no desborden. Esforzarnos en tener una estrategia específica, con nuevas herramientas de comunicación y nuevas consignas y propuestas para responder a sus demandas.
- Por ejemplo, hay un sector medio y alto de la población, que acepta la política de mano dura con la delincuencia y busca vivir amurallado como en un castillo. Hay que explicarles que si estás rodeado por una muralla vas a tener comida y seguridad, pero durante un tiempo… porque los “bárbaros” de afuera terminarán ganando, porque son más y no se quieren morir de hambre. Es imposible sostener la paz social, equilibrio, seguridad e igualdad con una realidad tan desigual.
- Los cambios tecnológicos que se vienen, algunos de los cuales son de mucha trascendencia, hay que estudiarlos, darles el espacio para conocerlos y debatirlos y el tiempo para saber qué respuesta damos. Pero esto es perentorio, porque los cambios ya están ocurriendo e impactando en todos los ámbitos.
- El nuevo modelo productivo del Siglo XXI con la llamada Industria 4.0, tiene en lo inmediato un impacto negativo en los puestos de trabajo tradicionales. Si bien generará nuevos, no lo hará en la misma dimensión de los que se perdieron. El desempleo y la precarización aumentarán drásticamente y esto implica para los trabajadores un desafío complejo: desde el punto de vista individual, en cuanto a su formación y capacitación. Y desde el punto de vista organizacional, como clase trabajadora.
- Si nosotros lo queremos abordar de manera solamente defensiva y de resistencia los únicos que van a aprovechar esto son los Macri, los que concentran el poder y la riqueza. No podemos dejar que pase esto, no podemos quedar al margen de grandes transformaciones y avances en la ciencia, en el conocimiento, en las herramientas de producción. Tenemos un rol que cumplir y queremos hacerlo.
- La situación requerirá también un nuevo modelo sindical, que se fortalezca profundizando la democracia interna y la participación; deberá estudiar nuevas formas de organización de los trabajadores que respondan satisfactoriamente a los nuevos modelos productivos; ampliar sus espacios de estudio para poder influir e intervenir con solvencia en las políticas productivas y estratégicas para el país, como son la educación, la salud, energía, la minería, la producción industrial, el transporte…
- Nosotros debemos esforzarnos tanto en el mundo sindical, en los ámbitos de trabajo como en los estamentos políticos, en hacer valer la paridad de derechos y oportunidades para todos y todas. No hay ninguna explicación de por qué, con los avances tecnológicos que hay, las mujeres no estén en condiciones de paridad en las grandes empresas, en las grandes industrias, en los lugares donde se pagan los mejores salarios.
- Las nuevas formas de trabajo que traen aparejadas los cambios tecnológicos, van a facilitar la participación de las mujeres en la industria y en la producción en general, así como en el área asistencial en el deseable mejoramiento de la calidad de vida de la población; pero es muy difícil que sin nuestra intervención esos empleos se valoren adecuadamente o si la discriminación de género persistirá, especialmente si esos nuevos trabajos son precarizados.
- Si queremos ser protagonistas e influir en las políticas públicas tenemos muchos temas que no podemos dejar a un costado. Un ejemplo en razón de los tarifazos que parecen no acabar: No podemos seguir justificando que empresas prestadoras de energía eléctrica, que deben satisfacer necesidades básicas e insustituibles para la vida humana, antepongan su rentabilidad al bienestar general y vulneren el derecho de los ciudadanos.
- La energía es vital para cada uno de nosotros, es un derecho que nos permite desarrollarnos y permite el desarrollo productivo de la sociedad. Es un servicio que el Estado tiene que garantizar, con un costo razonable y una calidad adecuada. Lo que no es aceptable es que pagando tarifas millonarias, se preste un servicio deficiente cuando no pésimo. Ahí es donde debe intervenir duramente el Estado y sus organismos de control hoy totalmente ausentes.
- Tiene que haber un proyecto energético para el país y nosotros podemos aportar. El futuro gobierno tiene que tener una matriz equilibrada, que pueda abastecer la demanda de la población, el desarrollo industrial y el científico tecnológico y garantizando el autoabastecimiento en un contexto de desarrollo.
- Ése es solo un ejemplo de lo que tenemos que abordar para tener propuestas e iniciativas en un plan que saque al país de la crisis. La minería, el transporte, las comunicaciones, la ciencia y tecnología, el comercio exterior, solo para nombrar algunos en el terreno productivo. Pero también la salud y la educación públicas tan dañadas por este gobierno. Y por supuesto lo que es perentorio, la crisis alimentaria y habitacional para sacar a los sectores más vulnerables del hambre y la miseria con medidas urgentes y eficaces. Todo esto sin mencionar las políticas financieras, la soberanía y otros tantos temas que tienen que confluir en un plan o modelo de desarrollo integral a construir entre todos y todas.
- Sin duda que el reto es muy alto, ninguno de los países de nuestra región podrá solo en un contexto mundial tan desfavorable. Tal vez la excepción sea Bolivia que ha logrado varios años de crecimiento sostenido, 4,7% en el 2018, el más alto de Sudamérica que –con datos de la Cepal-, apenas alcanzó el promedio de 1,6%. Sus políticas anticíclicas, la recuperación de los recursos naturales y la distribución equitativa de la riqueza, han logrado para Bolivia estar entre los mejores estándares internacionales en alfabetismo, salud, educación y empleo. Aprender de Evo y por otro lado, solidarizarnos con el pueblo venezolano que tan valientemente defiende su soberanía. Con Lula y el PT, duramente agredidos por la derecha de los Bolsonaro y los Moro. Es muy importante, vital diría para nuestro futuro, no dejarlos solos, porque, definitivamente, no podemos pensar en un proceso de recuperación sólido sin una visión estratégica regional que revitalice la integración con nuestros hermanos latinoamericanos con aspiración a la construcción de la Patria Grande.
Desplazarse hacia arriba